«Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo» es una frase muy moderna para los personajes que encarnamos en la serie que propone contenido meta (aquel que, de alguna manera, te interpela directamente) desde su primera aparición. Conceptos en extremo originales se convirtieron en entregas casi anuales; Assassin’s Creed poseé muchísimos títulos (trece principales, diez más considerados spin-offs y dos más en camino) para su corta vida, que comenzó en octubre de 2007, hace casi 17 años. La franquicia desembarcará durante noviembre en los puertos de Japón, después de insistentes pedidos por parte de su fandom. Famosa por sus argumentos narrativos y sus errores (de realidad histórica y en rendimiento en sus juegos), se convirtió en un caballo de batalla para Ubisoft y hasta se utiliza para enseñar historia. Por lo antes mencionado, estos son los grandes éxitos (como con X-men, Silent Hill y Star Wars) para la franquicia de ¿la Orden? ¿los Asesinos? Que alguien llame a Florencia y pregunte.
«No, la de marketing no, a la ciudad europea. Sí, probá llamar a la municipalidad de ahí, no sé. Qué se yo cómo se dice municipalidad en italiano.»
La siguiente lista contiene videojuegos ordenados por orden de salida, no por preferencia de quien les escribe.
Assassin’s Creed – 2007
2007 fue un gran año para tener una PC potente en Argentina. Kratos había asomado su ceniza calva por segunda vez en PlayStation y la piratería estaba presente literalmente en la calle, donde por $10 podías encontrar joyas en finas cajitas negras (que también podían ser portadas envueltas en un folio, o en su versión más cruenta, un sobrecito con un nombre garabateado sobre algún disco brilloso) adornadas con carátulas interesantes. Estas mantas servían también para abrir espectros de títulos que quizás no hubiera conocido en ese momento, entre ellos el primer Assassin’s Creed, que es tan bueno como vigente. Como el buen vino, envejeció mucho mejor que algunas de sus secuelas. Sigilo, contenido histórico, una ciudad viva y una narración que asombra, la misión de Desmond y Altair fue el comienzo de un lore que se expande continuamente, como la historia de la humanidad. ¿De qué trata Assassin’s Creed? Abstergo, una empresa, te secuestra (al personaje, no a vos, tranqui) por tu coincidencia genética con un Asesino (oh no) que sabe donde está el Fruto del Edén (¿el qué?); entonces te meten en el Animus (a), una máquina que te hace revivir literalmente los recuerdos de tus antepasados (¿?). Ahí comenzás a controlar a Altaïr Ibn-La’Ahad, que está en la Jerusalém del siglo XII y ninguna pared lo detiene porque hace parkour en todo lo que puede para escapar de sus enemigos, pero en realidad sos Desmond Miles en el 2012, acostado en una camilla y conectado a una máquina, recordando lo que Altair hacía, para que Abstergo, que son Templarios (malos) gobiernen el mundo que va a ser destruido; por ende, los Asesinos son buenos. Clarita la cuenta.
La saga Ezio Auditore – 2009/2010/2011
Ah, el guión se pone jugosísimo, tanto, que un sólo videojuego no alcanza, y como si de episodios de una serie se tratara, fueron años que incitaban a jugar cada entrega, porque cada vez estábamos, como jugadores, más cerca de la fecha planteada para el fin del mundo. Ezio Auditore es un personaje italiano que en todo este arco, irá de recién nacido a Maestro Asesino y le enseñará a Desmond todo lo que hizo: dungeons para conseguir armas y equipo, recorrer techos para recolectar plumas, escalar la cúpula más alta de la actual Estambul y hasta pelear con los Borja. Tan crack es Ezio que su mejor amigo es Leonardo Da Vinci. Assassin’s Creed II (2009), Brotherhood (2010) y Revelations (2011) marcaron un antes y un después, con novedades a nivel jugable como los glifos (glitches, errores en el Animus que filtraban información), puzzles espectaculares y recompensas extrañísimas, que eran recortes de un video que sólo se entendía al completar todos y te volaba el cerebro. Los tres juegos son invaluables para la franquicia y, lamentablemente, es una fórmula que ha costado que se repita. ¿Recomiendo la entrega que tiene los tres juegos remasterizados? Se ve más actual, pero los originales funcionan mejor, your choice now.
Assassin’s Creed IV: Black Flag – 2013
¿Olés eso? Es la sal en el aire, que se mezcla con la madera casi fermentada por el calor de estas aguas caribeñas. Piratas, ron, barbas de colores, navegaciones musicales y batallas a cañonazo limpio… en una de esas, también cazar algo grande para hacernos unas moneditas con los muchachos; Black Flag llega al corazón, y se aferra como un corsario a un mástil en una tormenta. Islas preciosas llenas de loot, arbolitos para escalar (lo mejor de la entrega anterior, esa de la Guerra Civil Estadounidense), tenés al Jackdawn, tu propio barco, y las misiones son tan entretenidas como bien guionadas. Edward Kenway, el personaje histórico que manejamos en esta entrega, se metió fácilmente entre los favoritos del fandom gracias a su inmensa carisma, y si bien varios juegos posteriores también utilizan las mecánicas de navegación introducidas, por alguna razón, ajena a la nostalgia, ninguna pudo aún encontrar un equilibrio tan claro entre la relación gameplay en tierra/en el agua como lo hizo la entrega donde anduvimos por El Caribe.
Assassin’s Creed : Valhalla – 2020
Rogue (2014) falló en la ejecución, porque la premisa era brillante; Unity (2014) fue una vergüenza debido a sus bugs a la hora de salida, pero es un juego correcto; Syndicate (2015) fue un fracaso. Es 2017 y las cosas deben cambiar: llega Origins pateando la puerta, con un nuevo sistema de combate, ampliando el mundo abierto y escondiendo tesoros por todo Egipto, con una valiente entrega, que mejoraría su vara en la Grecia Antigua de Oddissey (2018) agregando la posibilidad de interactuar a nivel narrativo. Valhalla (2020) entonces, viene a hacer el mejor uso del aprendizaje generado por los errores cometidos… pero decide que Eivor, la vikinga (o vikingo, pero el canon de la saga dice que es mujer) sea quien adapta mejor cada uno de los Assassin’s Creed pasados, mezclando el combate estilo souls con lo mejor del loot y puzzles de la era italiana, las consecuencias en la narrativa como en Grecia, la navegación no es aburridísima y es similar a la de Black Flag… pero el problema es que Eivor NO ES UNA ASESINA. El motivo por el cuál este no es el mejor Assassin’s Creed hasta la fecha es porque no somos parte de la Orden, sino un personaje histórico que ve lo que sucede a su alrededor. Pero de los errores se aprende, ¿no? Eso sí, tenés juego para largo: con todas las expansiones necesitás más de 120 hs para completar todo, eso en caso que no mueras y seas terrible crack. Mención especial: orlog.
Mirage quedó afuera. No porque sea malo, sino porque no logró exactamente lo que buscaba, pero es un buen «ey, como antes de que todo sea gigante y masivo y completo y encuentres algo en cada rincón», sentimiento que aparemente puede molestar a cierto espectro de jugadores y jugadoras. ¿Podrá Assassin’s Creed mantener o mejorar su otrora sello de calidad? ¿Las entregas anuales le hacen bien? ¿Por qué ningún spin-off es bueno? ¿Esto terminará siendo todo preguntas? Claro que no, porque nada es verdad, y todo está permitido. Y eso, es un éxito.