Bueno, para empezar, no tengo mucha idea de porque estoy escribiendo esto, ni tampoco tenía muy claro que título ponerle a esta nota. Sencillamente, la idea se me ocurrió una tarde mientras lavaba los platos asi que no me juzguen, solo disfruten y sientanse identificados/as lo más que puedan.
Hace muy pocos días, abrí una puertita en el cajón de la nostalgia, gracias a un emulador de PS2 que llegó a mis manos de forma casi milagrosa. La vuelta a este formato tan icónico (desde una PC, claro está, en este caso) me removió muchos recuerdos, no solo de esa consola, sino también de tantas otras que pude disfrutar. Y lo que me puse a pensar mientras despegaba la grasa de las ollas, es en cuantas cosas que hacíamos o mejor dicho, cuantas costumbres teníamos en su momento a la hora de jugar videojuegos que hoy en día ya no existen y las generaciones de 2010 en adelante jamás podrán experimentar.
La idea de esta nota es compartir mi experiencia personal y la de algunos integrantes del Staff de Gaming Coffee, dinámica que ya hice alguna vez, y que tenía ganas de repetir, aunque cambiando un poco la temática. Así que al igual que en aquella ocasión, arrancaré yo a contarles mis costumbres, o anécdotas relacionadas con las cosas que hacíamos los Gamers antes de la llegada de las nuevas tecnologías, y toda la parafernalia.
ALEJANDRO JEREZ (REDACTOR)
Entrar en el mundo de los videojuegos al principio fue bastante sencillo para mí; después de un primer acercamiento breve con Atari, la llegada del Family Game, fue todo un acontecimiento. Pero lo más importante, y una de las cosas que más recuerdo, es que en ese momento lo tenía para mí solo, ya que mi hermano apenas había nacido y mi hermana todavía no había llegado. Entonces tuve esa etapa donde disfruté de la consola por mi cuenta y recuerdo muchas costumbres que tuve tanto con esa, como con el SEGA que llegó después. Algunas de ellas eran, quemarme la mano al sacar el transformador, soplar los cartuchos para que anden y llorar con mis papás cuando me decían que apagara porque mi tiempo de jugar se había terminado. Otra costumbre que tuve con el Family y particularmente, con el Duck Hunt, era pegar la pistola la pantalla para no errar los tiros, es decir, que prácticamente hackeé el Duck Hunt… Un visionario.
También me acuerdo que me pasó un par de veces con esas dos consolas en particular, el hecho de prestar o que te presten juegos. Más allá de que solía alquilar los juegos en el videoclub de barrio que atendía mi vecino Pablo, también pasaba eso de prestarse juegos entre amigos. En mi caso, una vez recuerdo que le preste a mi primo mi cartucho de Super Mario XIV. Era un juego increíble, una versión surrealista de Super Mario Bros, donde Mario contaba con un palo con el que podía defenderse de sus enemigos, y los jefes finales eran distintos, no está el Bowser de toda la vida. Cuando ese juego volvió a mis manos, nunca más funcionó. Creo que odié a mi primo por un tiempo largo, porque me faltaba poco para pasarlo y nunca más lo pude jugar… Pero también me beneficié a veces de esos préstamos, y ya con el SEGA, me quedé (sin intención) con el querido Super Star Soccer International Deluxe de un amigo, y con el The Punisher de otro con el que íbamos a intercambiar, pero bueno, la transacción quedó incompleta.
Pasando los años y con mis hermanos ya más crecidos, llegó otra gran costumbre a la hora de sentarse a jugar: COMPARTIR. ¡Mamita querida! Lo que fueron esos primeros años para compartir un joystick entre 3 críos. Con mi hermana más pequeña no había tanto problema, las discusiones más grandes se daban con mi hermano del medio, Gabriel, con quien siempre teníamos un motivo para discutir y hacer enojar a mamá. En mi mente quedan dos momentos claves. Uno en PC, donde estábamos los 3 jugando, no me acuerdo a qué, y me levanté enojado (tampoco recuerdo porque), y salí tan abruptamente que me olvidé que la lectora de CDs estaba abierta y le pegué un rodillazo sin querer. Nunca más se cerró… Y otro momentazo inolvidable fue jugando Mappy, en uno de esos míticos 9999999 juegos en 1. La discusión iba de que a quien le tocaba jugar, así que con mi hermano no tuvimos la mejor idea que tironear del joystick con tanta fuerza que yo me quedé con el aparato por un lado, y él con el cable en la otra, lo que fue motivo de apagar consola y castigo.
Un intervalo entre las consolas, fue la fiebre de los Cybers. Los fines de semana me la pasaba en el cyber del barrio, jugando PES 6, Counter Strike, Half Life, y muchos más. La costumbre era bancarte a los más pibitos gritando: «¿QUIEN ME MATÓ?», o «¿QUIEN PLANTÓ LA BOMBA?», entre otras frases míticas del querido género shooter online. Recuerdo que yo no le decía a mi mamá que iba al Cyber, básicamente era como una doble vida para mí, hasta que un día tuve la mala suerte de que ella pasó con el auto frente al local y vió mi bicicleta en la puerta. Fue uno de los peores retos que sufrí de chico, y encima enfrente de todo el cyber, pero bueno, cosas de chicos.
Ya con la salida de la Play 1 y 2, me acuerdo que a la vuelta de la secundaria había una «cueva» donde tenían consolas y cobraban un precio para jugar por hora, así que nos íbamos ahí entre clases matutinas y vespertinas a viciar Winning Eleven. También teníamos el arcade a 2 cuadras del colegio, donde también dejábamos un dineral para jugar Marvel Vs Capcom, Virtua Striker, Metal Slug o Virtua Tennis… Otra costumbre clásica de la Play 1 era que en el grupo de amigos había uno que se la había comprado. Entonces, cada vez que uno de ese grupo cumplía años, era ley que el dueño de la Play la llevaba a la casa del cumpleañero para que se armaran los torneazos de Winning Eleven. Parabamos a comer, o soplar las velitas, y volvíamos a lo nuestro. Único.
Con la Play 2, que fue mi primera consola financiada absolutamente por mí, recuerdo vivirmela a full con God of War 1 y 2, y viciarme tanto con el PES 2009 en Modo Ser una Leyenda, que me ponía a viciar al mediodía, y llegaba tarde a mi trabajo en un kiosco del barrio que estaba a unas cuadras de casa. Otro recuerdo con la PS2, era terminar mi turno en el kiosco a las 23:30 de la noche, e irme a jugar PES 2010 a la casa de unos amigos que vivían a la vuelta hasta las 6, 7 de la mañana del otro día. Noches largas de vicio puro y duro.
PATO (REDACTOR)
Cómo muchos Gamers nacidos en el 2002, la consola que más me marcó fue la PlayStation 2, y realmente tengo muchos recuerdos con esa consola tan querida, pero creo que hay dos cosas (las cuales capaz son muy comunes) que son las que más me marcaron y hasta el día de hoy lo tengo presente.
La primera eran los joysticks, al ser con cable no podías ir a donde quisieras con ellos, pero el Pato chiquito NO entendía. Tampoco es que me iba a pasear con el joystick, pero en ese entonces cuando hacia alguna maniobra en el videojuego, era propenso a moverme en la vida real como si eso influyese en el juego (cosa que todos hicimos alguna vez así que no me juzguen), por lo que en reiteradas ocasiones vi como mi PlayStation 2 se caía al suelo, y tengo un recuerdo muy vívido de una vez que se cayó y me arrodille y le rece a dios para que estuviera bien y le pedí perdón a mi querida consola (Esto ya no sé si lo hicieron muchas personas alguna vez en su vida, pero seguro algunas sí). Cabe aclarar que esto pasó reiteradas veces y sorprendentemente aguantó como una guerrera. De hecho, aún la tengo y sigue funcionando, pero me marcaron tanto esas experiencias que hoy en día si uso un joystick con cable me da miedo alejarme mucho por si vuelvo a maniobrar en la vida real.
El segundo recuerdo (Y este viene con una moraleja Gamer de mi parte), tiene que ver con los momentos de pelea contra personajes muy fuertes en el Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 3 (Todos recordamos la pelea de Mr. Satan contra Kid Buu o la de Goku SSJ3 contra Hildegarn), donde había momentos en los que hacía tantos intentos para ganarles y perdía tantas veces que llegaba a un punto que a mi corta edad me daba cuenta de que me estaba frustrando muchísimo, y tengo un recuerdo mío en particular. Durante la difícil lucha con Hildegarn, me dije, “Okey, voy a descansar 30 min y vuelvo a intentarlo”. En este descanso me desconecté de la pantalla y me fui afuera (dejé que me pegue la luz del sol, toqué pasto), y cuando volví a jugar, le gané a la primera, y desde ese entonces, no me dejo frustrar por un jefe, sino que me tomo un descanso para relajar la mente y volver más fuerte que nunca. La moraleja de la historia es: «A veces, la mejor estrategia no es seguir insistiendo, sino dar un paso atrás. Un descanso bien tomado no es rendirse, sino cargar energía para volver con más claridad y precisión. En los juegos y en la vida, desconectarse por un momento puede ser la clave para superar los desafíos más difíciles».
PABLO «RAYMOND» (REDACTOR)
A diferencia de Pato, nuestro amigo Pablo prefirió enumerar esas costumbres olvidadas del Gamer que el recuerda, así que paso a detallárselas tal y como el me las describió:
- Poner el CD de PS1 en el Freezer (nunca supe si funcionaba)
- Parar la play sobre uno de sus costados para que «lea mejor» (tampoco ni idea si era posta)
- Usar memory card (qué locura la memory card y el MGS1 con Psycho Mantis)
- No tener lugar en la memory card y tener que borrar cosas
- Códigos de juegos de family o Sega que el juego te daba para seguir desde cierto punto del juego
- Juegos jodidisimos como el del rey león, que aparentemente eran así de jodidos para que no los puedas pasar en un fin de semana de alquiler, lo que me lleva a:
- ¡¡¡Alquiler de cartuchos!!! Lo que me lleva a:
- Copiar CDs o DVDs con la compu o «quemarlos»
- ¡¡¡Alquiler de cartuchos!!! Lo que me lleva a:
- Jugar al jueguito de tenis del family con mis viejos (era lo único que les gustaba)
- Comprar revistas de juegos para informarte o por guías/trucos
- Mirar nivel X
- Jugar juegos en japonés y no entender absolutamente nada (como el de los Supercampeones)
- Jugar en inglés con un diccionario al lado (qué triste no tener Google, pero así aprendí inglés con Resident Evil y Silent Hill)
- Jugar campeonatos barriales de winning eleven (o pes) o hacer campeonatos con amigos en casa
- Desvelarme jugando (quién pudiera hacerlo hoy con 34)
- Pelearme con mis viejos por no salir o jugar demasiado tiempo.
Respecto a todas estas cosas que marcó Pablo, me gustaría comentar algunos puntos. Sobre lo de poner el cd de PS1 en el freezer, es la primera vez que lo escucho y como nunca tuve la consola no tengo idea de si en verdad era un mito o funcionaba. Lo que si hacía con la PS2 era ponerla de costado, a veces funcionaba, y cuando nolo hacia claramente, era porque el juego estaba rayado.
La memory card es otro gran objeto valioso de nuestra generación de los 90s, 00s y un poco más. Lo importante que eran para guardar esas partidas extensas de God Of War,o ese personaje de Ser una leyenda del PES 2009. Tiempo atrás, Nintendo y Sega no contaban con este valioso artefacto, aunque si es cierto que SEGA comenzó a utilizar los «Continues», que te permitían continuar en el mismo nivel que habías perdido, solo si obtenías algún objeto en particular o cierta cantidad de coins del juego.
En éste último párrafo trataré de englobar dos temas que tocó el amigo Pablo que son muy claves: El idioma y la dificultad. Antes jugábamos juegos en inglés, y así aprendimos que significaba Insert Coin, Start Game, Game Over, y otras tantas frases míticas que en aquel momento no tenían traducción. En los juegos en japonés, ya era pura intuición es cierto, pero hoy en día y hace bastante que los juegos vienen con audio o subtítulos en español, herramienta con la que en nustros primeros años Gamers no teníamos. Con respecto a lo de la dificultad, aquí entra otro elemento clave que hoy existe y antes no: LAS GUÍAS. Antes te trababas en un jefe importante, y era prueba y error, a lo último tocando todos los botones y transpirando a mares con tal de poder avanzar en el juego. Ahora, ponés en Youtube el nombre del juego y la misión y tenés guiías, Walkthroughs, gameplays y demás; sin duda, un cambio clave de una etapa a otra que hace que hoy en día, pasarse un juego tenga cierto grado de facilidad mucho más grande que el que teníamos antes.
FRANCO (REDACTOR)
Bueno, el primer recuerdo que tengo es estar con dos años, junto a mis padres y mí hermano mayor jugando en un Windows 95/8 al Carmen San Diego, para ya a los 3 o 4 poder jugarlo solo por mí cuenta. Otro recuerdo es que mis padres me compraron la Family y ahí éramos de jugar al Súper Mario Bros con mí mamá, o también veíamos cómo ella y mí hermano jugaban al Tetris, además de al Duck Hunt, Tiny Toons, y Felix the Cat.
Ya más de grande, más o menos a los 7 u 8, empecé a jugar a los Sims, donde solo podía manejar una sola persona para poder mantenerlo feliz, mientras que mí hermano podía con dos. A ambos nos sorprendía como mí mamá podía manejar a 5 o 6 a la vez y tenerlos a todos casi al máximo de felicidad. Después por mí cuenta, recuerdo que el primer juego que me pude pasar fue el Hércules. Jugábamos una vida cada uno con mí hermano, pero siempre perdíamos en el nivel de Pegaso. Hasta que un día, lo pudimos pasar, pero como ya era la hora de comer le rogamos a nuestros padres que nos dejaran seguir estando en la PC, y los convencimos, así que de esa manera lo pude terminar, ya que era yo quien estaba jugando. Todo hasta que nos dimos cuenta de que ya era la 1 de la mañana y para nosotros en esa época era muy tarde así que nos apresuramos en apagar todo rápido e irnos a acostar.
Así como las que enumeramos con los chicos, seguramente habrá muchas más situaciones o recuerdos que se nos olvidaron o que quedaron perdidos en nuestra memoria… Lo que está claro es que la mayoría de esas anécdotas, costumbres y hábitos que teníamos en nuestros inicios como Gamers, hoy serían impensados ante la presencia de tantas innovaciones tecnológicas, no solo a la hora de jugar sino también, a la hora de aprender a jugar. Sin dudas, la idea de esta nota es sumergirnos en esos recuerdos y rememorar lo felices que eramos, sin darnos cuenta, teniendo que soplar un cartucho, limitar el tiempo de juego para no quemar un transformador, o compartir el joystick con familiares o amigos, entre tantas otras costumbres.
¿Y vos? ¿Cuáles eran esos hábitos que tenías cuando eras un/a «minigamer»? Contanos dejando tu comentario acá y si te gustó el contenido, te dejo el link de otras notas de mi autoría relacionadas con el Gaming pero con distintos enfoques.