[Review] Una Película de Minecraft

Craftear, acción del verbo craft; que crea una pieza, una artesanía. En 2009, esta palabra izó la bandera (probablemente cúbica) de la creatividad con un videojuego titulado «Minecraft»: un open-world (o más bien, world-builder) donde podías crear tu casa para protegerte de los males que aquejan al Overworld. A continuación, una crítica sin spoilers sobre su primera adaptación a live-action.

Jack Black es Steve, Steve es Jack Black. ¿Steve cantaría? Sí, porque Steve es Jack Black. Una vez aceptada esta realidad, la historia se centra en dar a conocer los diferentes biomas del Overworld (¿y más?) y la mayoría de sus mobs (integrantes de ese mundo), desde aldeanos y animales hasta creepers, a través de una fórmula clásica de aventura. Esta incluye acción y hasta momentos de suspenso ante personajes que habrán asustado a más de uno/a; pero no deja de ser una historia apta para todo público, divertida y que, pese a algunos problemas de ritmo en el último acto, entretiene durante toda su duración. Además, incluye dos escenas post-créditos que recomiendo ver.

El trabajo del resto del elenco, más allá de Jack Black, lo estelariza un Jason Momoa (Khal Drogo, Aquaman) a quien le toca interpretar a un gamer que vive del recuerdo y que hace de guía para la aventura con gags de todo tipo (algunos realmente muy graciosos). Los hermanos, interpretados por Emma Myers (Enid en Merlina) y Sebastian Hansen (el niñito de Lisey’s Story), cumplen el rol de representar una familia y sus conflictos, para que los más pequeños se identifiquen. A cargo de ellos está la asistente social encarnada por la siempre muy correcta Danielle Brooks (Leota Adebayo en Peacemaker). Destaco muchísimo la actuación de voz de Rachel House (la abuela de Moana) como la villana Malgosha y la inclusión de Jennifer Coolidge como comic relief, quien está fantástica.

En resumen, la película no es, ni busca ser, la solución a todo lo que no le gusta al gamer, sino una celebración de la existencia de ese mundo y una manera más de darse a conocer para quienes nunca lo jugaron. A la vez, hace referencias constantes a acciones que podemos realizar en el videojuego, buscando el apoyo del fandom (dentro del cual, seguramente, también tendrá detractores).

En cuanto a fotografía, cumple más que bien y hasta se da el lujo de tener algunos planos muy logrados. La edición es efectiva en los gags y llevadera el resto del tiempo, aunque algunas escenas son más difíciles de digerir que otras. El CGI es una historia aparte, ya que el estilo elegido concuerda bien con el realismo y, a la vez, permite jugar con el diseño gráfico tan característico de la marca. Sin embargo, funciona mejor en ciertos personajes que en otros, algo habitual en adaptaciones del género. El diseño de espacios y elementos como espadas o antorchas es fácilmente reconocible, junto a la ya mencionada cantidad de mobs presentes.

La música es parte narrativa de la película y cumple su cometido, entregando incluso un jingle muy divertido que incluye lava y gallinas, además de acompañar correctamente las escenas de acción y aventura. El sonido se trabajó más intensamente en las escenas oscuras para generar atmósfera, recordando a los creepers y compañía.

En conclusión, Una Película de Minecraft es lo que te imaginás que va a ser: un film para toda la familia, donde alguno de los protagonistas te va a sacar por lo menos una sonrisa mientras te explican el universo y lore del juego, tanto sobre personajes como sobre construcción y diversas acciones. ¿Vale la pena? Sí. No es una netherita, pero tampoco es mala: te vas a divertir y, si todo sale bien, habrá una próxima que podrá mejorar la fórmula o expandirla… pero para eso, hay que seguir crafteando.