Si tuviera una moneda por cada DLC para un título de zombies en 2023 que incluye una ballesta como nueva arma, tendría dos, lo que no es mucho, pero es curioso que pasara dos veces, ¿no? Dead Island 2: Haus nos trae no solo eso, sino también una nueva experiencia narrativa, armas y escenarios para el título de Deep Silver Dambuster Studios.
INTRODUCCIÓN
Previamente, este año realicé un análisis de lo que fue la nueva entrega de esta saga que se creía perdida en el tiempo, en la cual destaqué el visceral sistema de combate combinado con el innovador «FLESH» para que la carnicería sea impactante y memorable. Sumado a ello, resaltaban los gráficos impecables, la gran ambientación y la existencia del cooperativo para que Dead Island mantenga su esencia original, mientras que criticaba su desenlace abrupto y un estancamiento en contenido superados ciertos hitos de la aventura.
En Haus, reviví (y no como zombie) la emoción y la diversión que me ofreció la entrega base de una manera más dinámica y acortada, ya que no será una expansión extremadamente larga, siendo que podremos completar su contenido en aproximadamente dos horas o quizás tres si algún puzle logra retenernos mentalmente. La realidad es, que para el tipo de juego del que estamos hablando, es completamente entendible, puesto que el enfoque no fue a una epopeya inolvidable, sino a una aventura fugaz en la que tendremos una narrativa más que interesante, una ambientación impresionante y una buena dosis de carnicería en primera persona.
HISTORIA
Este DLC nos invita a descender a un mundo de sangre y locura, donde conoceremos a al intrigante “Kulto”, una agrupación de elitistas que creen tener la llave de la supervivencia de la humanidad, dirigidos por su enigmático profeta: Konstantin. Recorreremos allí zonas peligrosas e innovadoras con una arquitectura única en la que la perversión y la violencia estarán a la orden del día.
Tanto si ya completamos la historia principal y estamos vagando sin rumbo por Hell-A, así como si comenzamos una nueva aventura, podremos disfrutar de estas misiones sin mucha necesidad de avance, aunque sí que para la segunda mitad deberemos progresar hasta cierto punto particular de la campaña principal.
Mi experiencia fue simple, ingresé con mi viejo slayer y antiguamente stripper Ryan, maté a cuanto zombie se cruzara por mi camino para volver a familiarizarme con los controles y mis armas. Finalmente, me decidí a caminar hasta cierto elemento en mi pantalla, una carta, la cual comienza a gotear una extraña sustancia negra que culmina en mi personaje despertando en una enorme casa en un acantilado.
Inspeccionando el lugar, no tardé en escuchar una grabación mientras seguía apreciando la cantidad exorbitante de detalles que me ofrecía aquel escenario, desde la iluminación, la arquitectura, hasta los elementos más extraños como trajes de latex.
Mi exploración inicial culmina en un colosal salón con un diseño que me dejó estupefacto, con una iluminación cuidadosamente colocada. Si bien la ambientación original estaba bien lograda, en este caso no me dejaban más opción que quitarme el sombrero si hubiera tenido uno.
Eso sí, Dambuster Studios nunca olvidó que se trata de un juego de muertos vivientes que buscan asesinarnos, por lo que por más bellos que resulten los entornos, siempre mantienen una paleta ominosa de colores azul verdoso y rojo, con detalles en dorado tal y como se ve en el título del DLC, siendo una arista fundamental de la representación de estatus y el poder que esta clase de cultos pueden llegar a tener.
Detrás de una enorme e imponente estatua, encontraremos tres sillas colocadas en círculo con tres cuerpos decapitados. De pronto, una voz nos guiará, tratándose nada más y nada menos que de una de esas cabezas, la cual podremos volver a colocar en su lugar original, conectándose a su cuello y recuperando ciertas capacidades. A partir de ahí, se nos introducirá realmente a lo que será una aventura corta, pero memorable, donde podremos conocer un poco más a nuestro protagonista elegido y sumergirnos en una narrativa bastante mejorada respecto a la entrega base.
JUGABILIDAD
En materia jugable tendremos pocas novedades, con algunas mecánicas propias de los nuevos escenarios, un nuevo tipo de arma junto a dos únicas de las que ya existían y varias cartas adicionales para dotar a nuestro personaje de más variadas posibilidades. El arsenal base de Dead Island 2 es amplio, sí, aún así me hubiera gustado un poco más.
Las herramientas que nos trae Haus para terminar con los comecerebros (y otros órganos) son visualmente atractivas y entretenidas de usar:
- K-Prototype Crossbow: El nuevo tipo de arma, una ballesta precisa, letal y con una potencia devastadora. Excelente para eliminar sigilosamente enemigos y destruir cerebros para resolver ciertos puzzles que mencionaré próximamente.
- Hog Roaster: Una cuchilla de carnicero que combina el daño de fuego con una notable capacidad para asesinatos viscerales mientras un gracioso muñeco de un cerdito nos acompaña.
- Dead Islands: Una maza superior con un daño apto para volver carne picada a cualquier tipo de zombie que nos crucemos por el camino.
Además, se incorporan al título ocho nuevas cartas de habilidad para engalanar a nuestro slayer, las cuales no spoilearé todas, pero sí buscaré llamarles la atención con mencionar una que nos dará un nuevo poder cuando utilicemos la furia, una pasiva defensiva que generará una explosión cuando recibamos daño o incluso una mejora para las patadas que reducirá significativamente la resistencia a varios elementos y drenará una mayor estabilidad a nuestros enemigos.
Y hablando de enemigos, solo veremos nuevas apariencias para ellos; sin embargo, ninguno de un nuevo tipo, por lo que en esa materia solo encontraremos una boss fight novedosa y ciertos encuentros interesantes, pero que no traen algo realmente fresco al combate.
Ahora, pasando a lo que serían las mecánicas, nos cruzaremos con ciertos elementos que traerán un lavado de cara a la exploración, aunque esto claramente se reducirá a los entornos pertenecientes a Haus. El primero serán zonas a las que no podremos acceder porque un viscoso y cárnico rejunte de tripas nos impedirá el paso, por lo que debemos localizar unos extraños cerebros y destruirlos con la ballesta.
Otro añadido interesante es el emisor de furia, el cual nos cargará a una velocidad absurda dicho medidor, permitiéndonos transformarnos muy frecuentemente para no solo destrozar con nuestras propias manos a los no muertos, sino también atravesar ciertas barreras que de otra forma retendrían nuestro paso.
PRESENTACIÓN
Ambientación
Esta expansión se mantiene tan impecable como lo es la entrega base, por lo que corresponde analizar en este caso es lo que logra transmitir visualmente. Pasaremos por variopintos escenarios dignos de lo que es la trama de este DLC, un descenso a un culto en pleno Hell-A durante un apocalipsis zombi, dándonos la potestad de explorar áreas que si bien son un deleite visual, pueden ser perturbadoras y repulsivas, como sótanos oscuros cargados de zombis, zonas donde personas sufrieron un ritual de iniciación o incluso pasillos en los que colgaran extremidades desde el techo.
El dedicado trabajo detrás de la planificación y desarrollo de estos entornos da un valor adicional al contenido, disfrutándose cada nuevo espacio que descubrimos, cargados con sorpresas que si bien no voy a arruinarles, valdrán la pena cuando llegue el momento. Por cierto, cuidado con pisar el pasto, no es su jardín, sean respetuosos.
Música y Sonido
No tendremos grandes novedades en este apartado, la musicalización está correctamente realizada aunque sin destacar y los sonidos funcionan a la perfección para la atmósfera planteada. Además, la actuación de voz, si bien no es impecable, tampoco decepciona, dándonos un producto digno de ser un DLC.
CONCLUSIÓN
Nuestro regreso a Hell-A será para una corta visita donde la adrenalina y la diversión no escasearán, con pocas pero apreciables novedades, una historia bien confeccionada y una ambientación que está a la altura del título, superando a gran parte de las zonas ya existentes.
Un buen añadido a la experiencia que es Dead Island 2, fuerte en historia y visuales, aunque en duración y contenido encuentra su talón de Aquiles. El añadido de la ballesta, además de las cartas de habilidades nuevas, darán de todas formas una ligera bocanada de aire fresco, siendo quizás mejor aún para quienes experimenten este título por primera vez, acoplando estos añadidos naturalmente.
Para quien disfrutara la entrega base, no encontrará aburrimiento alguno en la nueva oferta de Deep Silver Dambuster Studios, aunque sí considero que poniéndolo en la balanza con otras inversiones de precio similar, nos encontraremos con que Haus flaquea como una compra meramente individual. Sí, la ballesta está interesante, los escenarios increibles y la narrativa realmente dio un paso adelante, pero tras las posibles dos o tres horas que nos tome nos quedaremos pensando, ¿esto fue todo?
Muchos podrán preferir esperar al próximo contenido descargable de historia que vendrá dentro de unos meses para decidir si una, otra o directamente el paquete de expansión completo. Como fanático de la saga, estoy feliz de tener un poco más que hacer con mi Slayer favorito, sobretodo en cooperativo, sin embargo, si me pongo desde la perspectiva de un consumidor que no revisitará la entrega múltiples veces, lo reflexionaría dos veces.
Quizás un añadido perfecto para los poseedores de la Gold Edition, teniendo una relación de calidad precio más razonable, pero como compra independiente se quedará a medio camino esperando a su compañero de pase de expansión en los próximos meses.
Nuestro regreso a Hell-A será para una corta visita donde la adrenalina y la diversión no escasearán, con pocas pero apreciables novedades, una historia bien confeccionada y una ambientación que está a la altura del título base.
Análisis
- Precio / Calidad
- Jugabilidad
- Ambientación
- Sonido / Música
- Historia