Sand Door Studios entra al mercado por todo lo grande con su juego indie Lysfanga: The Time Shift Warrior, con la ayuda de Quantic Dream y su sello Spot Light, especializado en apadrinar proyectos y originalidad.
Su desarrollo inició con una sola persona, que con el tiempo fue creciendo y contratando más desarrolladores para cumplir con los estándares actuales, pero mantiene su esencia, mezcla de hack n slash con puzles basados en bucles temporales y aunque pareciera que no inventa nada nuevo, sabe jugar con sus mecánicas de una manera única.
HISTORIA
Nuestra protagonista, Imë, es una «Lysfanga», una especie de guerrera protectora elegida por la diosa del tiempo. Llegamos a la ciudad de Antala, donde unos demonios llamados Raxes están comenzando a romper el hechizo que los mantenía paralizados en el tiempo, de esta manera se crean brechas dimensionales que debemos cerrar mientras derrotamos a los enemigos que escaparon
Luego de unos cuantos desafíos, y sin ir demasiado lejos, nos encontramos con nuestro hermano mellizo, Kher, contra quien luchamos durante la infancia por el título de Lysfanga. Kher, al no conseguirlo se escapó. Lo vemos abriendo portales en el templo de la ciudad de Antala, guiado por un poder extraño, y muchas veces durante el juego, nos cruzaremos con un ente desconocido que nos revelará su pasado, mientras intentamos recuperar a nuestro hermano en el proceso. Mediante avancemos en las ciudades y los templos, vamos a encontrar golems, criaturas de antaño que ayudaban a civilizaciones pasadas corrompidas que iremos liberando, y al lograrlo, se nos unirán en nuestra cruzada contra los Raxes dándonos conversaciones en la base, cambios de look, runas, poderes nuevos e incluso decoraciones.
JUGABILIDAD
Apenas lleguemos a la ciudad de Antala, y perdamos en el primer desafío (derrota totalmente obligatoria), nuestra diosa del tiempo nos brindará la ayuda que necesitamos para empezar el juego, porque nos otorga el poder divino de retroceder en el tiempo y crear unos remanentes de nuestros propios movimientos. Estos remanentes funcionan como fantasmas de la primera vez en que recorrimos el nivel, ¿y de qué nos sirven? Te lo explico:
Lysfanga: The Time Shift Warrior es un hack & slash con perspectiva isométrica (tal cual Hades o Bastion). Pero, lo realmente innovador es que estamos ante un juego que desafía nuestro ingenio y se mete de lleno en el terreno de los rompecabezas temporales.
Al recorrer los escenarios, los enfrentamientos con enemigos se dan en áreas limitadas. Los Raxes, nuestros enemigos, no corren sueltos por el escenario a sus anchas, sino que, mediante unas grietas temporales, siempre sabemos cuando estamos por detonar un encuentro. Así, al entrar en la instancia de combate, el tiempo se detiene y podemos hacer un paneo general del lugar para ver la ubicación de cada enemigo. Es ahí cuando planificamos nuestros movimientos y el uso de nuestros remanentes o «clones temporales».
Cada vez que activamos una arena, comienza a correr un tiempo límite. Cuando llega a cero, una grieta dimensional inestable explota y barre todo el escenario, nosotros incluido. Pero, como tenemos el poder de la diosa en nuestro cuerpo, el tiempo retrocede hasta el inicio del combate. Y acá el eje central del juego: nuestras acciones anteriores, nuestro remanente, permanecen y se vuelve a ejecutar todas las acciones previas. ¿Nos quedamos sin tiempo? Volvemos a comenzar y ahora con dos clones y así podemos llegar a tener hasta 10 clones (¿o incluso más?) haciendo acciones al mismo tiempo en una arena.
PRESENTACIÓN
Además de su estilo hack n slash isométrico y su ingeniosa mecánica de puzzles, Lysfanga: The Time Shift Warrior presenta una historia interesante con un mundo muy rico, donde si investigamos bien, vamos a poder encontrar grandes secretos y un códice enorme que completar, con personajes secundarios entretenidos y conversaciones divertidas, este título nos invita a dar un par de vueltas a todo.
Cada uno de los tres grandes actos del juego, tiene su propia curva de dificultad, que arranca de forma muy suave, para que vayamos asimilando nuestras nuevas habilidades o los diferentes enemigos, pero en los tramos más avanzados de cada acto el juego se pone bastante complicado, especialmente en el acto tres.
Lysfanga: The Time Shift Warrior, se encuentra disponible para PC en Steam y Epic Games Store, al ser un juego de vista isométrica, no tiene tanta calidad de gráficos, pero están muy pulidos, la IA de los enemigos es bastante inteligente, y ya tirando al final busca molestarte siempre que es la idea, es un gran ejemplo de una buena idea llevada a la práctica con cuidado.
La música no es destacable, pero sí sabe acompañar durante toda la aventura, estando en templos se vuelve increíblemente sublime, cortando cuando pasamos a la acción, y mientras avancemos se irán mezclando sonidos tribales con música de combate, generando una tensión durante las batallas en la arena bien logradas.
CONCLUSIÓN
La verdad es que Lysfanga: The Time Shift Warrior denota personalidad propia y trae no solo ideas frescas, sino también un desafío que a más de uno le va a sacar canas verdes, intentar terminar. Quizás acercándonos al final algunas mecánicas puedan ser un poco confusas y las pelea con enemigos sea bastante dura, la satisfacción de lograrlo y no solo eso, sino por debajo del tiempo requerido, es impagable.
El apartado técnico cumple a la perfección, con unos escenarios isométricos muy detallados y dotados de diseños artísticos muy interesantes, fuertemente influenciados por culturas orientales, pero sobre todo por la mitología hindú.
Aunque puedan parecer gráficos simples, tienen efectos visuales muy interesantes, como cuando explotan los bucles temporales, o como cuando nuestros remanentes y nosotros golpeamos a un mismo objetivo, creando marcas en el enemigo que estallan.
La verdad es que Lysfanga: The Time Shift Warrior denota personalidad propia y trae no solo ideas frescas, sino también un desafío que a más de uno le va a sacar canas verdes, intentar terminar.
Análisis
- Precio / Calidad
- Gráficos
- Jugabilidad
- Sonido / Música
- Historia