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Rōnin (del japonés 浪人) es un adjetivo: su significado literal es «hombre vagabundo», el poético, «ola en el mar»… pero el que nos trae a esta review es el de perderlo todo y aún así, seguir adelante. Un rōnin es un samurai sin amo, sin misión: sin destino. Por eso, el exclusivo de PlayStation 5, desarrollado por Team Ninja y Koei Tecmo y distribuido por PlayStation Studios, Rise of the Rōnin, escapa de las sombras que dibujan la fantasía y se concentra en la historia real de nuestra humanidad. Ascendamos, entonces, a las consecuencias del ser, en alguien sin objetivos.
JUGABILIDAD
La Ascensión del Rōnin, traducción oficial en nuestro continente, tiene complementos de videojuegos de acción, aventura, sigilo y casi que soulslike. Con tres dificultades, que serán desarrolladas en «Combate», esta obra de PlayStation Studios y Team Ninja está más cerca de la saga de asesinos vs. templarios que de Nioh, pero de igual manera, no es muy diferente de ambas. ¿Qué significa esto? A continuación, lo detallo en diferentes apartados que no buscan explicar cómo se juega, sino qué sentí al controlar esta historia nipona.
CREACIÓN DE PERSONAJES
Si hay algo que disfruto es crear mi personaje: de eso depende todo lo que me conecta, lo que me hace la parte que una película no puede realizar. Cuando creamos un personaje, por más que el videojuego tenga un discurso cerrado, seremos el juego, porque elegimos quien protagonizará las cuales sea cantidad de horas que juegues. Uno de los puntos más altos en La Asención del Rōnin es que podemos crear dos (o más, no es obligatorio, pero sí satisfactorio) personajes que tomarán el rol de los Filos Gemelos. Pueden ser de géneros, razas o etnias distintas, o de la misma; dejamos uno genérico y otro 100% customizado, o cualquiera de estas opciones por partida doble: no será más que una influencia estética, pero no por eso, menos importante.
Apenas comenzamos tenemos la posibilidad de jugar con ambas creaciones intercambiándolas en combate, por eso mi consejo es que dejes fluir tu creatividad en cada personaje, porque el juego te va a atrapar a través de estos modelos virtuales y vas a tener que tomar decisiones en torno a los mismos. Pero eso lo dejamos para Historia. Lo que sí compete a este apartado es que, además de sus influencias estéticas, también debemos elegir entre seis clases distintas (llamadas Filo Original), que tienen diferentes balances, algunos más orientados al sigilo, otros al combate y diferentes combinaciones. ¿Lo mejor? Podemos elegir ser completamente neutros (claro que esta fue mi opción preferida, ya que no da ventajas preestablecidas), y adquirir puntos de habilidad, fuerza, inteligencia, encanto y destreza que asignaremos como queramos a medida que avancemos en el juego, a partir de «objetos stats» que se encuentran en el mundo como experiencia, loot, recompensas, etcétera.
COMBATE
Tenemos dos barras por personaje (desarrollo el «por» en Bases y Aliados): una de vida, que baja cuando recibimos daño (ya sea de un golpe o por caída) y otra de ki. Este último es nuestra energía para «ser», porque se consume al esquivar, atacar, saltar, correr, bloquear y al utilizar nuestros poderes y Contradestello (explicado más adelante).
Al mejor estilo soulsike, Rise of the Rōnin nos pone a prueba contra enemigos formidables que te dejan gritándole a la pantalla porque estuviste a un parry de ganar. Golpeamos con cuadrado, una versión fuerte de este ataque se da con triángulo, saltamos con X, bloqueamos con R3 y, algo particular que sucede al bloquear, es que si vaciamos el ki de nuestro enemigo, que podemos ver junto a su salud, tenemos la posibilidad de usar un ataque especial, señalizado con un aro rojo que consumirá mucha más vida del adversario que un katanazo normal.
Si partimos de la lógica, para que haya un combate debemos tener primero un enemigo, y luego una forma de atacar y defender. Para esto último tenemos armas «clásicas y modernas» que van desde la katana que rebana cualquier cosa a la pistola con diversos disparos (¡o un lanzallamas!); esto sin dejar de lado elementos «más ninja» como un shuriken, arcos y flechas, o comer pizza (perdón, eso último no). Cada arma tiene daño, peso, velocidad y alcance específicos, y depende de nuestros gustos (o necesidades) cuáles equiparemos.
Además, cada una tendrá beneficios únicos o especiales, y se pueden combinar ciertos ítems de la misma «colección» para aumentar sus propiedades. Porque sí, hay muchos elementos RPG en Rise of the Rōnin, que nos invitan a utilizar diferentes ropas (en la cabeza, cuerpo, manos y pies) que funcionan como defensa ante ataques enemigos, ya que no es lo mismo recibir un flechazo con el torso desnudo que con una armadura samurai encima.
Contradestello es el nombre que recibe el parry en este juego, y es una mecánica interesante. Un buen guerrero debe saber identificar cuando atacar y esto no es un hack & slash: los enemigos, como nuestro personaje, usan diferentes armas; a su vez, estas armas, ganan a través de la experiencia, diferentes poses (Jin, Chi y Ten) que funcionan con la lógica del «Piedra, papel o tijera». Es por eso que si quien tenemos en frente blande una lanza, quizás la mejor opción no sea atacar de frente con una katana… pero si es lo que decidiste, que tu pose sea la que vence al enemigo, porque sino vas a ver un cartel que odié mucho: comienzo de venganza.
No, no funciona como el sistema del otrora revolucionario Shadow of Mordor, sino que es un enemigo que nos dará más experiencia si es que en la próxima batalla ganamos (o le hacemos más daño del que le habíamos logrado en nuestro primer enfrentamiento). Sobre la dificultad: podés hacerlo un paseo por Japón y asesinar a todo el mundo con un odachi o convertirlo en prácticamente un Dark Souls donde un mal movimiento puede hacer que te mate un jabalí… reiteradas veces (no quiero hablar sobre eso).
gener
Los enemigos dispersos por el mapa, aparecen marcados en rojo (que al vencer a los «villanos» de la zona, restauramos el orden público) o por eventos azarosos que se generan mientras recorremos la isla de Japón del siglo XIX. Los jefes, por otro lado, son un tema complejo: hay «subjefes» llamados adversarios formidables, que soportan más de una atravesada de katana. Son enemigos semi comunes, normalmente encontrados en las misiones principales y en las restauraciones de orden público.
Pero los jefes se llevan las palmas: huesos duros de roer, con ataques devastadores. Por suerte tenemos a mano varios objetos que nos permiten ayudarnos a sanar, mejorar temporalmente algún stat o hacer que el filo de nuestra lanza arda en llamas para causar daño de fuego.
Claro, hay diferentes elementos como fuego o veneno, y somos tan vulnerables como culpables de su existencia: a veces la única manera de derrotar a ese chanchito… digo, a cualquier enemigo, es hacer que tu flecha esté en llamas, que tu katana tenga más filo o que el gancho, que usamos también en el apartado mundo, sea una forma de atraer enemigos o lanzarles cosas que tenemos alrededor. Nos cubrimos, saltamos, cambiamos de pose, podemos usar sigilo… estamos ante una gran variedad de posibilidades de atacar a nuestros enemigos de la manera que consideremos correcta: de frente o en las sombras; con explosiones o en completo silencio. Para no arruinar sorpresas: quizás estamos acostumbrados a usar «el modo detective» pero no tiene mucha lógica acá, ¿cierto? Batman usa tecnología, Spider-man sensores… bueno, este (o esta) rōnin usa una campanita que le ayuda a detectar a través de paredes si un enemigo está cerca, para facilitar el asesinato, ¿vió?
MUNDO
Japón no es precisamente un ejemplo de extensión geográfica, pero tenemos veinte territorios independientes que nos invitan a la exploración absoluta, dentro de un mundo abierto de tamaño regular, pero completo, lleno de misiones principales, secundarias y desafíos varios. Es fácil montar a caballo (que conseguimos en establos, donde también podemos comprar otros equinos que sean aún más rápidos, o de otros colores) y lootear objetos presionando R1, porque los consumibles, que utilizamos para fabricar todo lo que usamos, aparecen remarcados por una sombra blanca entre la vegetación común (cosa que mi vista de treintañero agradece).
El gancho mencionado anteriormente para atraer elementos y usarlos en combate, sirve para columpiarnos en ciertas esquinas, para traspasar un acantilado… o para volar. Tenemos desde casi el comienzo del juego la posibilidad de presionar X durante el salto, y si estamos lo suficientemente lejos del suelo, se activará un prototipo de planeador que nos consume ki, pero nos hace la vida muy sencilla a la hora de recorrer los diferentes climas de los territorios. Por cada una de estas comunas están distribuidos aliados, enemigos, desafíos y coleccionables por igual, y es un Japón, que como sucede en Ghost of Tsushima, te invita a pasar el tiempo en una era más «natural» que la corriente. Además en nuestra recorrida encontraremos «Aceros Velados» (puntos de restablecimiento de vida y sirve también como viaje rápido) y lo que son las «misiones secundarias» que nos habilitarán diferentes…
BASES Y ALIADOS
Cada gran evento del juego nos permite aliarnos con personajes que hayamos conocido en el mismo pero también con otros jugadores de manera online. Esto significa que, hasta con dos amigos de manera simultánea podés hacer toda la campaña principal, pero no así recorrer libremente el mundo. Así que, por el momento, esta es la experiencia de manera cooperativa, que puede ser reemplazado por cualquier NPC que tenga la relación suficiente para que podamos elegir que nos acompañe. Esta relación se genera completando las misiones en general, pero es un aspecto clave que depende de las misiones secundarias y de regalos que podemos otorgar que mejoran estos vínculos si son del gusto de quien lo reciba.
Además de tener aliados, como bien reza el subtítulo, tenemos bases por varias partes del mundo. En ellas podemos desde decorar la habitación exhibiendo el arma de nuestra predilección, enviar tanto a gatos como a perros a misiones que se realizan automáticamente en tiempo real, cambiar nuestra ropa para quedar con un solo estilo, guardar o cargar lo que necesitemos en nuestro inventario, hablar con el personaje que tengamos cerca y hasta cambiar nuestra apariencia. Sí, hay gatos y son un coleccionable de vital importancia en el juego, tan importante como otras misiones que se concentran en detener a prisioneros en fuga.
Por supuesto tenemos comercios, y mientras mejoremos vínculos con personajes y los territorios (completando cada misión que esté disponible en la zona) conseguiremos descuentos en productos o en la fabricación.
HISTORIA
Japón, 1853. El fin de la era feudal está a la vuelta del torii y los doscientos años como isla cerrada ya no van más: el comodoro estadounidense Matthew Perry (personaje real) llega a la costa nipona con sus Barcos Negros y exige (apuntando cañones) que abran el comercio con el resto del mundo; lo que se dice libre comercio. En principio, los isleños se niegan, pero pronto ven como son aniquilados por las poderosas armas que la Revolución Industrial había ayudado a crear en masa. Por eso, como la costumbre reza, debemos proteger Japón a como dé lugar. Como rōnin que somos, nuestra misión dicta darle fin a la vida del militar y terminar con la amenaza extranjera… pero todo sale mal y un guerrero poderoso asesta un golpe letal a nuestra otra mitad, destruyéndonos en más de una forma. Ya no somos un Filo Gemelo como tal, sino, un alma errante.
Dicen que una vez que se toca fondo, la única salida posible es hacia arriba, y eso es a lo que apunta Rise of the Rōnin. Si Shogun o The Last Samurai están entre tus productos audiovisuales preferidos, no podés dejar pasar esta oportunidad, porque el contexto histórico es riquísimo y un parte aguas para la historia socioeconómica de la Nación del Sol Naciente. Conoceremos a figuras históricas importantes para ambas naciones, algunas más acertadas en fechas rigurosas, otras más «para el espectáculo» o la gracia del guion. Si bien el rigor histórico es algo muy presente, también peleamos con personas de tamaño considerablemente grande, casi que extra humano. El mejor ejemplo es el inventor Igashichi Iizuka, quien nos brinda muchos artilugios que nos salvarán el día… pero para la llegada de los Barcos Negros llevaba 20 años muerto.
Pero volviendo a la narrativa, ¿cómo sigue todo una vez que fallamos nuestra misión de asesinato? Bueno, eso es el tutorial y la intro y sin caer en spoilers, nuestra nueva misión es saber qué hacer con nuestra vida: ¿apoyamos el shogunato? ¿estamos en su contra? ¿qué es el shogunato? Esta información lleva a misiones especiales para ciertos personajes, que opinen a favor o en contra de abrir la isla al comercio; quienes ven una revolución tecnológica y quienes creen que la tradición será destrozada. Podemos formar parte del grupo que queramos (o de ambos) para salvar a personajes que se unirán a nosotros como aliados y cambiar el rumbo de la historia. Ya sabemos qué pasó: el Japón de hoy no nos permitiría jugar esta obra si no se hubiera abierto económicamente, ¿pero qué pasaría sí…? Eso te toca descubrirlo con tus elecciones.
La duración de la historia es concisa, porque trata lo suficiente para atraparte pero no te obliga a un eterno compromiso con el juego para saber qué va a pasar: podés dedicarte sólo a misiones principales sin mucha preparación en modos más sencillos y el juego estaría terminado, completando algunas misiones secundarias, en unas veinte horas. Si compartimos obsesiones en recorrer todo lo que el juego propone y te gustan los desafíos, te aseguro que su duración pueden rondar las cuarenta horas. Por último, el DualSense vibra magníficamente, teniendo resistencias en momentos que así lo ameritan y cualquier jugador que posea uno de estos controles está acostumbrado a sentir: no falla.
GRÁFICOS
Podemos apreciar tres versiones: en todas, el juego se ve y corre hermoso. Para esta reseña utilicé el modo Priorizar FPS, que hace que todo se vea más fluido, en un juego donde cada decisión cuenta: no dejé de asombrarme por como se veía y se movía la vegetación durante los duelos, dediqué varios minutos apreciado el rastro que dejaba al caminar por la nieve.
Sí, lo sé, no es nada nuevo, pero son detalles que logran una inmersión magnífica, sobre todo cuando controlamos al personaje que creamos desde cero, y vemos como, si le pusimos un ojo azul y el otro amarillo (je) y le llenamos la cara de tatuajes, siempre se verá reflejado en el juego. Sucede a nivel modelado «jugable» y en las cinemáticas que el fotorrealismo puede tomar por una película a algún distraído que mira de reojo que sucede en la pantalla del living.
Desde que estoy en Gaming Coffee (hace casi dos años) mi obsesión por la fotografía en el gaming se intensificó y el Rōnin no es la excepción, muy por el contrario, tiene un modo foto que amaría que todo juego tuviera por defecto. El modo Trazado de Rayos baja a 30 fps (no tan) estables que sorprenden en el nivel de detalle en cuanto a iluminación, y el modo Priorizar Gráficos funciona como punto medio perfecto; sin embargo, y como prueban las fotos que acompañan esta reseña, todas fueron tomadas en el modo que prioriza los fps, que a veces tuvo sus caídas, pero nunca nada tan grave como para que pierda una vida por ese error. Se ve como deben verse los juegos de esta generación: atrapante todo el tiempo narrativo, con una fluidez impecable a la hora del juego.
SONIDO
Son pocas las bandas sonoras que llegan al corazón; esta sabe que su objetivo es explotar cuando lo narrativo lo indica y respetar la quietud del sigilo. No destaca, pero no molesta, el sonido es correcto y completo. Los pasos, lluvias, charlas, ambientes están logrados de manera clara y acompañados por una música de época que no se sale mucho del género (porque tampoco tiene la necesidad de hacerlo). No usa el altavoz del DualSense, que hubiera sido quizás una variante interesante.
CONCLUSIÓN
Siento que estamos ante una repetición: un gran juego salió y pareciera que al ser exclusivo de PlayStation 5, nadie le prestó la suficiente atención, porque acompañó en fecha de salida a un titán multiesperado. Rise of the Rōnin cumple con lo que prometió desde el minuto cero: una historia japonesa al estilo Team Ninja + Koei Tecmo, basada en hechos reales. La jugabilidad es impecable, gráficamente está más que a la altura pero su duración puede echar para atrás a quien prefiera invertir el precio completo de un AAA en otro que le brinde 100 horas o más.
Principalmente me llamó la atención por el contexto histórico en que se basaba y terminé enredado en un guion intrigante, lleno de política y sangre, sobre el momento en que la isla nipona volvió a abrir sus puertas al mundo. Espadas, disparos, estrategia, exploración, ¡gatitos!, escenarios impactantes y buen rendimiento hacen que Rise of the Rōnin sea uno de mis favoritos en lo que va del año. Recomiendo para amantes del género, de Japón, o que simplemente, quieren pasar un rato viviendo una historia que no habían visitado antes.
Rise of the Ronin
Espadas, disparos, estrategia, exploración, ¡gatitos!, escenarios impactantes y buen rendimiento hacen que Rise of the Ronin sea uno de mis favoritos en lo que va del año. Recomiendo para amantes del género, de Japón, o que simplemente, quieren pasar un rato viviendo una historia que no habían visitado antes.
Análisis
- Historia
- Gráficos
- Jugabilidad
- Sonido / Música
- Precio / Calidad
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