«Hay que ver todo Star Wars a la fuerza. Así es la vida.» me escribía un queridísimo amigo cuando hablábamos de The Acolyte. Un poco me hizo acordar a Kuiil, el ugnaught de The Mandalorian y su frase «I have spoken», que sentenciaba verdades indiscutibles. Lo cierto es que Star Wars jugó un rol importante en la unión (cada vez más imposible de separar) entre el cine y los videojuegos, gracias a su constante expansión en diferentes mercados, que es, puesto en palabras simples, lo que conocemos como marketing. Por esto, y aprovechando el estreno de una nueva serie de la saga, presento una ordenada mención de éxitos jugables donde, la mayoría, vienen de hace mucho tiempo, pero en esta galaxia.
La siguiente lista contiene videojuegos ordenados por orden de salida, no por preferencia de quien les escribe.
Super Star Wars: Return of the Jedi – 1994
Llegando a mediados de los ’90, la obra de George Lucas ya contaba con varias adaptaciones a videojuegos (incluido uno de ajedrez), pero aún no existía un juego que hiciera justicia para la creciente masa, apasionada, a nivel mundial, por la saga que había comenzado en 1977. Adivinen: ¿quién vió y dijo «ey, ojo que le podemos sacar moneditas a esto» pero en japonés? Por supuesto que Nintendo, quien puso manos a la obra y adaptó lo que actualmente conocemos como «trilogía original». Así, luego de dos intentos que no estaban tan acordes al material original (debido a lo novedoso de la industria), vió la luz Super Star Wars: Return of the Jedi, que intercalaba gameplay de varias franquicias que los nipones conocían bien (como F-Zero, Metroid o el flamante StarFox). Un verdadero éxito para cualquier gamer de la época.
Star Wars: Jedi Knight: Dark Forces II – 1997
Sí, el título tiene dos veces dos puntos. Así de importante es, porque también es responsable de extender de manera salvaje el universo Star Wars de la mano de Kyle Katarn, que quizás lo recuerdes de otras obras como Dark Forces I, Jedi Outcast, Jedi Academy y otros Star Wars con la palabra Jedi en el título. Por si no se entendió aún: Kyle es un Jedi, (pero aprende a serlo durante este juego, que también crea el concepto Jedi Oscuro y Jedi Neutral); antes, fue un stormtrooper al servicio del Imperio, un rol utilizado como novedad en Star Wars: The Force Awakens (2015, J. J. Abrams). Esto implicó un cambio de rumbo: los Jedi, de lo que poco se sabía en el momento, podían aprender a utilizar la Fuerza, lo que no limitaba «los poderes» a un estirpe familiar. Un verdadero éxito narrativo para la saga, pero no así para el gameplay, que caracterizaba un first person shooter de complejo apuntado, aún para la época. Sin embargo, y por todo lo anterior mencionado a nivel lore, se cansó de vender. Gracias por preocuparse tanto por la jugabilidad, Goldeneye y Halo.
Star Wars: Rogue Squadron – 1998
Mucho «Bzzzzzttttt, fummmm, bzzzzzt» y poco «pium, pium» hasta el momento, y no sólo de esto vive Star Wars: también hay naves. Luke Skywalker y Wedge Antilles se calzan los cascos para enrollar cables en las patas de los AT-AT, logrando que se tropiecen y el canon siga su curso (una referencia a una escena de una película muy vieja, según el Spidey de Tom Holland). Por eso, este juego es parte de la lista: permitía que controlemos cinco naves rebeldes para hacerles «pium, pium» a stormtroopers, TIE Fighters y demases amigos del Imperio Galáctico en distintas partes de la galaxia, desde la comodidad de tu asiento eyectable. No incluyo su secuela, Rogue Leader, en esta lista porque es tres años posterior, y es en esencia lo mismo, pero con mejores gráficos y exclusividad en GameCube. Anécdota old school: si bien fue popular también en PC, lo jugué en Nintendo 64, y alquilé el cartucho en un local de la extinta Blockbuster. Como era de tapa verde (debía devolverse en 48 horas), lo dejé en el buzón, y entré a llevarlo de nuevo a casa, porque todavía no había podido terminarlo. Gracias Blockbuster por tanto, este agradecimiento viene por parte de todas las plataformas de streaming.
Star Wars: Episode I Racer – 1999
Se acerca el fin de siglo, y vuelve Star Wars a los cines, con la primera entrega de la trilogía que definiría a una generación fans. George había retomado la dirección de la batuta (de Mos Eisley) y preparaba el terreno para contar el origen de la familia Skywalker, comenzando por la niñez de quien sería el elegido para traer balance a la Fuerza. He aquí la cuestión: Anakin es un esclavo que debe competir y ganar en una carrera mortal en podracers para ser libre, gracias a una jugada maestra del gran Qui-Gon Jinn (las apuestas siempre estuvieron presentes en Tatooine eh, qué cosa che). Entonces ¿qué hizo LucasArts? Adaptó la escena a un videojuego de carreras demencial de altísima velocidad y calidad, que visitaba tanto nuevos como conocidos planetas de la saga, de la mano de una gran variedad de corredores y pods, que se modificaban en el garage de Watto. Turbo, lugares estrechos, plataformas y saltos mortales, Racer tenía de todo para triunfar incluso sin la licencia que hoy pertenece a Disney.
Star Wars Episode I: Jedi Power Battles – 2000
Veinticuatro años después me sigo preguntando cómo es que no tenemos un juego similar a este en la actualidad (y no es porque se podía usar a Plo Koon con su facherísimo sable amarillo): un beat ‘em up con Jedis, plataformero, que narraba los hechos del film en escenarios 2.5D y 3D. Una belleza en cuanto a gameplay que permitía jugar co-op (local, porque estamos hablando de la época de PSOne) para darle su merecido a Darth Maul todas las veces que sean necesarias. El combate tenía algo similar al actual parry, donde podíamos deflectar los «pium pium» de los droides enemigos con nuestro «bzztt, fumm, bzzzt» de variopintos colores, dependiendo de quién elijamos entre los cinco Jedi jugables desde el inicio. Había también otros tres personajes desbloqueables al finalizar el juego con ciertos Caballeros de la República y a Ki-Adi-Mundi, en caso que jugaras en SEGA Dreamcast. Tuvo una versión para Game Boy Advance de la que no voy a emitir comentario.
Star Wars: Knights of the Old Republic II: The Sith Lords – 2004
Desde comienzo de siglo hubo dos intentos de lograr un RTS (Force Commander y Galactic Battlegrounds), uno estilo Twisted Metal (Demolition), un third person shooter más mercenario (Bounty Hunter) que Jango Fett, otra aventura de Kyle Katarn pero sin controlar a Kyle Katarn y la primera incursión al género RPG: Knights of the Old Republic (KotOR le decimos). Es evidente que si hay un género que pinta bien para La Guerra de las Galaxias, es aquel donde creamos un personaje y lo personalizamos para divertirnos tomando decisiones imposibles en nuestro día a día (a menos que vivas en Galaxy’s Edge). Lo que KotOR II hizo mejor que su primera entrega fue la narrativa: se nos presentó a unos de los personajes más interesantes de la historia galáctica, Darth Nihilus, El Señor del Hambre (fua no pegaste nombre amigo), por lo que el anuncio del remake del primer juego en 2021, todavía genera esperanza, aunque estemos hablando del Lado Oscuro.
LEGO Star Wars: The Video Game – 2005
¿En serio un LEGO? Sí, claro, porque es EL LEGO, el primero, el padre de todos los juegos que siguieron adaptando otras franquicias. Traveller’s Tale, responsable de un favorito personal de la niñez, Toy Story 2 de PsOne, convirtió a «la trilogía precuela» (Episodio I, II y III) en una serie de niveles perfectamente armados en 3D, llenos de coleccionables, referencias y ladrillos de colores. Con casi sesenta personajes de estos tres films, el juego proponía un modo historia y luego un modo libre para poder completarlo, ya que en este último nos dejaba escoger personajes de, por ejemplo, Episodio III en un escenario de Episodio II, lo que ampliaba la rejugabilidad a límites absorbentes socialmente. ¿Qué tan bien funcionó? Al año lanzaron la secuela, esta vez basándose en las cintas originales, y hace dos años rehicieron los juegos, modernizándolos e incluyendo «la trilogía Rey». Aquí la review realizada en nuestra web.
Star Wars: Battlefront II – 2005
Hordas y hordas de enemigos de todo tipo, que podemos aniquilar alternando entre primera y tercera persona (salvo en caso de los héroes, donde sólo se podía controlar esta última cámara). ¿Puede un clon vencer a Dooku? Sí claro. ¿Un drodeika fulminar a Yoda? Por supuesto. Ya sea jugando online con amigos y desconocidos, en coop, o conquistando la Batalla Galáctica contra la IA (un modo que combinaba estrategia y tiros en tierra con masivas peleas espaciales), Battlefront II fue y será una insignia dentro de la saga de videojuegos, porque se lanzó para llenar el «vacío» que dejó «el fin» de la trilogía precuela. Claro que, así como se hace un juego de una escena, se puede hacer varios de un período histórico, y este título ahonda en la Legion 501, famosa por acompañar al Campeón del Emperador en el ascenso del Imperio. Naboo, Mustafar y Dagobah, son ejemplos de los tipos de escenarios recreados a la perfección para la época (¡hace 19 años!), pensando en todo tipo de jugador, desde snipers al que se manda de una a disparar a lo loco (yo).
Star Wars: The Force Unleashed – 2008
Casi sin saberlo, fuimos testigos del nacimiento de una era oscura para los videojuegos starwarienses: cuando se lanzó The Force Unleashed, con un internet más presente en la vida cotidiana, leí todo tipo de críticas. Fundamentadas en un mal rendimiento en comparación con sus otras versiones, la que se lanzó en PS2, logró, de igual manera, volarme la cabeza. Controlamos a Starkiller, un humano sensible a la Fuerza, raptado por el mismísimo Darth Vader para convertirlo en su aprendiz. Pero, antes de ser el Jedi peladito, nos enseñan los controles y mecánicas bajo el mando del Lord Sith, permitiendo que lancemos objetos y enemigos por el aire con la Fuerza, y hasta la posibilidad de ahogar a tus contrincantes, mientras flotan desesperados en el aire. Algo realmente cruel, pero peor es el secuestro de niños, ¿no? Ah, hizo los dos, ¿pero igual lo queremos? Que carisma, Ani. Una vez en juego, debíamos juntar coleccionables para mejorar nuestro sable láser, eliminar todo tipo de seres y divertirnos sembrando caos en una aventura lineal pero interesante, que no tiene secuela alguna (sí tiene, la ignoramos).
Star Wars: Galaxy of Heroes – 2015
El universo Star Wars en la palma de tu mano, en combates por turnos basados en habilidades especiales, raids de gremios angustiantes si no tenías la formación meta, y precios ridículamente altos para alcanzarla, GoH absorbió (y yo estuve predispuesto, claro) gran parte de mis días durante años. Son demandantes los mobile eh, sino preguntale a tu tía por el Candy Crush (aunque ambos sabemos que lo sabes por motus propio). Me costó mucho dejarlo pero fue una de las decisiones de las que a veces, me arrepiento; ese Revan demoró mucho tiempo en farmear, porque no gastaba un centavo, como norma absoluta para el juego. Sin embargo, aunque lo describa con aparente rechazo, supo contar grandes momentos de la saga y hasta recreó por primera vez de manera digital algunos de ellos. Ah, me faltaba, ya estamos en el período Electronics Arts, todos los juegos listados por arriba de este, pertenecieron a LucasArts, el estudio fundado por George Lucas.
Star Wars Jedi: Fallen Order – 2019
Cal Kestis y BD-1 (pero sobre todo este último) me compraron casi al instante esa mañana del 2019, cuando el juego arrancaba pero se bugeaba antes de llegar al primer save point. Vi ¡siete! veces la intro, pero cuando finalmente llegué al punto de salvado sin bug, el juego funcionó con total normalidad, haciéndose un lugar en esta lista (y en muchas otras más cortas). Soulslike metroidvanesco, con aires de Tomb Raider ubicado entre Episodio III y IV: tuvo todo para ganar desde el comienzo. ¿Cómo que además tiene una de las mejores historias de Star Wars y además, es canon? Y por favor, ese final. GOTY absoluto. Su secuela fue por otro lado, pero no puedo incluirla, por más que agrande todo lo que ofreció el primero, debido a que se centro en cantidad y no en calidad, pero acá tienen una reseña espectacular para sacar conclusiones.
Vi los dos capítulos de The Acolyte entre descansos de esta nota. Star Wars es de lo más grande que hay, porque sea que algo te guste o lo detestes, hay tanta variedad que podés quedarte con algo completamente diferente visitando (o revisitando) series, películas, cómics, libros o juegos. Y eso, es un éxito.